Tormentas
Todas las tormentas amainan.
Cuando todos los árboles han sido arrancados y todas las
casas han sido despedazadas, el viento por fin calla.
En el cielo se abren claros, la lluvia cesa. El cielo se
despeja en un instante y sólo entonces, en los momentos de calma tras la
tormenta, sabemos quién fue lo bastante fuerte para sobrevivir a ella.
Beatriz Sánchez
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