¿Confesiones?
Nunca
me han gustado las despedidas, a pesar de amar los reencuentros. Y despedirme
de ti cada año se me hace más amargo.
El
curso había llegado a su fin y a mí me faltaba algo por decirte.
Nunca
me fue fácil plantarme frente a tu puerta y desnudarme el alma. Esas cosas no
se me dan bien.
Las
consecuencias de perderte para siempre eran más importantes que un rato de
vergüenza cargado de sinceridad.
Y una
vez más encerré las palabras y los sentimientos en el baúl donde guardo las
cosas que no quiero que sepas.
Beatriz Sánchez
Comentarios
Publicar un comentario