Pedacitos de mi...
Pedacitos de mi…
Puedo sentarme en silencio, coger tu boli entre mis dedos y
hacerlo girar. Puedo hacer que parezca un ritual. Puede que sea nuestra llamada
secreta. Pero sé que el tiempo no me
devolverá nada. Sé que no te devolverá a mis brazos.
Por mucho que lo desee no vas a regresar, te gusta ser
libre, como el viento; te ahoga estar en un sitio mucho tiempo, como el pez que
pasa demasiado tiempo en la arena. Podría ser la culpable de tu muerte por asfixia,
pero resulta que no soy una asesina.
Resulta que te quiero así, sin ataduras, libremente. De
haberte quedado, habrías dejado de ser libre, habrías cambiado y no podría
perdonarme.
Seguiste tu camino y yo decidí no seguirte a ti. Te deje
volar. Volaste tanto que desapareciste.
Ahora sé que no volverás, que mis sueños no se cumplen, que
algunas pesadillas son eternas, que me ahogo y me desahogo frente un papel en
blanco todo en silencio, que sigo jugando con tu boli entre mis dedos. Que soy
incapaz de escribir algo nuevo.
Puede que no estuviésemos listos para el final, quizás
tampoco estábamos listos para el principio.
Sabíamos que la libertad no se puede amarrar,
sabíamos que era más fuerte que nosotros.
Mientras el silencio se acompasa al latido de mi corazón,
voy asumiendo mis errores del día anterior…
Entonces comienzo mi ritual, mientras voy recordando lo
especial que es el día de hoy…
Beatriz Sánchez
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